viernes, 2 de diciembre de 2016

Fidel nos enseñaste a andar



Por ley natural de la vida el hombre nace y en algún momento deja de existir, lo que no siempre estamos preparados para esa ocasión tan terrible que tienen que enfrentar aquellos a los que le corresponde continuar.
Por más que insistan en lo normal que resulta un instante como este, sigue siendo imposible y más cuando es una persona que puede ser comparada con un destello de luz que brilla por siempre.
Así se llama él: Fidel, un hombre dotado de firmeza, de valores humanos, capaz de vigilar el sueño de los cubanos, aquel que identifique desde que daba mis primeros pasos, como el ser invencible, lleno de optimismo y formador de disimiles generaciones.

La sonrisa alentadora, el verdor de su traje de combatiente, la mirada profunda, sus consejos, las reflexiones convertidas en guías de estudio con un lenguaje asequible para la gente del pueblo, enfatiza las cualidades del cubano de todos los tiempos.
Ahora no estás físicamente, pero no será tan fácil borrar una imagen, un pensamiento entregado al bienestar social, a las conquistas de una historia sin precedente y atesorar una trayectoria destinada al logro del bienestar de una humanidad.
La respuesta es obvia porque Fidel es mucho más, es amigo , es padre , hermano , es un persona de sensibilidad humana , es oportuno , preciso y es guía y seres así la historia no los deja morir, los mantiene vivo en el corazón y en el actuar de los hombres.

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